"La culpa nunca es nuestra"

Hace unos días me vine arriba y decidí colgar algunos cuadros que tenían olvidados y me propuse hacerlo sin tener que echar mano a los tutoriales de YouTube. La emoción como manitas duró poco, exactamente hasta que valoré la gravedad del martillazo que me había dado. Sé que es complicado hoy en día darse un martillazo en mal ridícula tarea, pero yo lo logré.

Como procede en estos casos, los juramentos desfilaron de forma inmediata e incontrolada. Empecé con un “mecagüen la leche” y seguí con todo lo que me venía a la cabeza, “la puta”, “el turrón cochino”, “la madre que parió a panete”, y conforme involucraba a más personas y nutrientes, más aumentaba el dolor, la inflamación y las palpitaciones de mi dedo, como si el corazón se hubiera instalado en la misma yema. Así que decidí echar el resto y soltar un “cagüen todo lo que se menea” y así ya no se quedaba nadie fuera.

Llegados a este punto de no retorno, lo entendí y en ese momento pronuncié el juramento clave, empezando a calmarse la secuela de mi torpeza. Un acertado “mecagüen yo” fue milagroso, aunque estoy convencido que el no haber mencionado a ninguna de las más altas instancias religiosas, tan socorridas en estos casos, influyó a mi favor.

Estaba claro, nadie tenía la culpa de mi torpeza, ni la puta, ni la madre de panete, ni el turrón aunque sea cochino, yo era el único responsable y hasta que no lo reconocí, no se calmó el dolor ni de mi dedo ni de mi orgullo.

Al día siguiente cuando me curaba, reflexioné sobre mi incontrolada reacción. Nunca tenemos la culpa de lo que nos pasa, siempre la tiene otro, nos ocurre con torpezas como ésta, pero también cuando nos rebotamos con la pareja, con el jefe, con el gobierno o con el sistema en general. Lo que nos sobra es gente a quién cargarle el mochuelo.

Aunque es lo más cómodo, tenemos que ser coherentes y hacernos responsables de nuestras torpezas y miserias. Los demás, ya tienen bastante con asumir las suyas.

Qué razón tenía Baltasar Gracián cuando dijo: "Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano".